Primavera Sound 2016. El día de Sigur Rós y U.S Girls.
Llegó el sábado y esa sensación de que algo se acababa, meses de espera y sin darte cuenta ya estás en el último día de festi... Hay que activarse y aprovecharlo hasta el último minuto. Con el corazón rebosante de grandes momentos me encontré con Álex en el Ray-Ban para disfrutar del folk para paladares exigentes de Joana Serrat. La cantautora de Vic no ha dejado de recibir elogios por su segundo trabajo Dear Great Canyon así que era una buena opción para empezar la tarde. La siguiente parada fue en el stand de Tupatupa y de ahí al Primavera para ver a los japoneses Boredoms. No los conocía de nada pero decidí seguir a Álex y probar suerte. Mola mucho cuando te encuentras con un grupo que desconocías por completo y lo flipas. No fue el caso. Todo transcurría demasiado lento, me estaba entrando sueño y a los diez minutos me fui volando a ver si pillaba algún tema de Pájaro Jack en el Adidas. Enérgicos y luminosos los granadinos me encantaron. Tras encontrarme con las niñas y beber algo volví al Adidas para no perderme ni un segundo de la actuación de U.S. Girls. A las 18:55 nuestra diva del día Meghan Remy aparecía por fin en el escenario acompañada de su vocalista; ataviadas con monos, una de blanco la otra de negro, Remy muy retro y muy divina turbante incluido, entraron en escena pisando fuerte, con semblante serio y actitud rotunda. Cantando sobre bases pregrabadas, ambas se contonearon al ritmo de los temazos de Half Free, un álbum perfecto para cargarte las pilas en cualquier momento que adoro y he escuchado hasta la saciedad. En mi opinión el público no estuvo lo suficientemente entregado, pero yo no dejé de bailar ni un segundo y disfruté como una enana. Muy míticas las apariciones del cow-boy guitarrista. Un concierto que me dio exactamente lo que esperaba y del que me fui feliz como una perdiz, volando de nuevo esta vez hacia el Heineken.
Ver a Brian Wilson era, a priori, innegociable. Cualquiera que ame la música reconocerá lo maravillosos y únicos que fueron los Beach Boys. Un sonido inconfundible de olas y vacaciones almacenado en un compartimento de nuestras memorias para siempre. Fue por eso que, cuando vi que no conectaba con la actuación de Wilson, puede que fuera la hora, puede que el cuerpo me pidiera otra cosa tras el subidón de U.S Girls, decidí no manchar ese recuerdo de chicos guapos en camisa hawayana y aceptar la invitación de Ester para ir al Ray-Ban (afortunadamente Zaida y Dudi se quedaron el el Heineken, la fama les esperaba). En el escenario Ray-Ban siempre se ven las cosas de otro color y si encima te encuentras al interesante Richard Hawley en su actual faceta de crooner acompañado de una extraordinaria banda, has triunfado. Disfrutamos muchísimo de su actuación rebosante de clase y profesionalidad.
Aunque parezca mentira en un festival por el que desfilan artistas de todo el mundo, fue el concierto de Los Chichos el que consiguió reunir a todo el grupo. El sonido se acoplaba con el del Pitchfork y olía a costellada pero lo pasamos genial entre risas y bailes. Las cosas volvieron a ponerse serías con P.J. Harvey en el Heineken, la cantante británica deslumbró con una actuación impecable acompañada de enormes músicos de la talla de John Parish. No voy a repetirme sobre las pegas de este escenario, lo que sí tengo claro es que en la edición del año que viene priorizaré los escenarios pequeños del festi. Y luego llegó Sigur Rós, arrasó con todo y desmontó todas las teorías.El H&M en un silencio absoluto. Comunión total. Aunque tocaran en el sitio más grotesco del mundo, Jónsi, Goggi y Orri seguirían hipnotizando al público con su belleza desoladora, seguirían disfrazando de sueños melodías infinitas que tanto ponen los pelos de punta como colman de alegría de vivir. Cómo describir su actuación, cómo explicar millones de sensaciones explosionando dentro de ti, una nota, una lágrima, un escalofrío... Sublimes. Era la segunda vez que veía en directo a estos gélidos dioses y lo suyo es de otro planeta, de verdad, juegan en otra liga. Épicos. Genuinos Mágicos. Sus conciertos se sienten, se viven. Y cuando acaban despiertas agradecido por haber podido compartir este momento. Sigur Rós se llevaron el sábado de calle. Flotando en una nube fuimos hacia el Heineken donde el combo alemán formado por Modeselektor y Apparat nos fue devolviendo a la realidad con su paleta de colores eléctricos. Empezaban a menguar las fuerzas así que, tras el concierto de Moderat, paré con Guille en la zona de comida y tras sentarnos un rato, unos tacos y una cervecita, estábamos listos para reunirnos de nuevo con todos en el Ray-Ban y cerrar el Primavera como más nos gusta, al ritmo contagioso de Dj.Coco. Es tradición. La sesión del catalán no empezó precisamente puntual y eso que no eran horas de hacerse esperar, pero al sonar las primeras notas de Space Oddity todos viajamos al espacio con Major Tom y le perdonamos la demora. Bowie puso las emociones todavía más a flor de piel y Coco se nos metió en el bolsillo a través de un eufórico viaje musical por los géneros más diversos, pasando por Abba y Chimo Bayo (este último era bastante prescindible). Me sigue dando un poquito de rabia que los colegas del productor se peguen la fiesta en el escenario, pero la verdad es que sus sesiones son siempre divertidas y consiguen que no pares de bailar (ni de cantar). La guinda del pastel, aunque este año echáramos de menos el confeti.
Al irnos, ya de día, Guille y yo miramos el Ray-Ban abarrotado desde arriba de las gradas, la felicidad era palpable y nos arrancamos un último tema, resistiéndonos a abandonar el Fórum, agarrándonos a aquella sensación tan buena. Y nos fuimos sonriendo cogidos de la mano, sabiendo que todo lo vivido nos calentaría el corazón durante el invierno.
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